Los cachoneros se mojan en la fiesta de Los Jarritos a pesar del mal tiempo
Aunque la lluvia deslució las primeras horas de celebración, nadie faltó a la cita en la fuente de los Doce Caños
Antonio F. Tristancho / Galaroza Actualizado 07.09.2008 .
Las calles de Galaroza amanecieron ayer completamente mojadas, pero no por causa de la fiesta de Los Jarritos, sino por la intensa lluvia caída durante la madrugada anterior sobre el Valle del Múrtiga. Así pues, el denominado "mal tiempo" deslució el inicio de la celebración.De todas formas, con el paso de la mañana fueron cientos los valientes que decidieron mojarse no sólo con aguas caídas desde el cielo, sino también con la procedente de la Fuente de los Doce Caños. A partir de ahí, los Jarritos se desarrollaron con toda normalidad, mostrando los aspectos lúdicos, ecológicos, eróticos y festivos que la han hecho famosa en toda Andalucía.La noche de la víspera todo fue animación. Los del Casino y las Hermandades de La Peña y el Talenque se afanaban en montar sendos chiringuitos desde los que el sábado ofrecieron bebidas y viandas propias de este día, tales como ponche, sardinas y migas. Los del Galaroza Fútbol Sala repartiendo sus camisetas conmemorativas, lo mismo que los Amigos de Los Jarritos, que han creado este año una divertida alegoría de las actividades de la fiesta inspiradas en los logotipos de las disciplinas olímpicas. También los de la Asociación Cultural Lieva daban a conocer su diseño, uno de los que más grata impresión han creado este año, basado en una fotografía de Los Jarritos tal como se celebraban hace 30 años y con la leyenda "Los Jarritos… Ayer y Siempre".Al mismo tiempo, decenas de forasteros paseando por las calles preguntándose qué harían los cachoneros el día de Los Jarritos si el tiempo estaba malo. La respuesta fue clara: la mojada se desarrolló como si tal cosa, lloviese o tronase, porque la tradición está antes que cualquier inclemencia pasajera.El Ayuntamiento repartió un centenar de piporros para intentar recuperar un elemento característico de Los Jarritos y la fiesta se celebró hasta las tres de la tarde, en que los participantes se retiraron hacia cocheras, bajos de las casas, montes y huertas, a seguir mojándose… aunque ahora, ya, por dentro.
Aunque la lluvia deslució las primeras horas de celebración, nadie faltó a la cita en la fuente de los Doce Caños
Antonio F. Tristancho / Galaroza Actualizado 07.09.2008 .
Las calles de Galaroza amanecieron ayer completamente mojadas, pero no por causa de la fiesta de Los Jarritos, sino por la intensa lluvia caída durante la madrugada anterior sobre el Valle del Múrtiga. Así pues, el denominado "mal tiempo" deslució el inicio de la celebración.De todas formas, con el paso de la mañana fueron cientos los valientes que decidieron mojarse no sólo con aguas caídas desde el cielo, sino también con la procedente de la Fuente de los Doce Caños. A partir de ahí, los Jarritos se desarrollaron con toda normalidad, mostrando los aspectos lúdicos, ecológicos, eróticos y festivos que la han hecho famosa en toda Andalucía.La noche de la víspera todo fue animación. Los del Casino y las Hermandades de La Peña y el Talenque se afanaban en montar sendos chiringuitos desde los que el sábado ofrecieron bebidas y viandas propias de este día, tales como ponche, sardinas y migas. Los del Galaroza Fútbol Sala repartiendo sus camisetas conmemorativas, lo mismo que los Amigos de Los Jarritos, que han creado este año una divertida alegoría de las actividades de la fiesta inspiradas en los logotipos de las disciplinas olímpicas. También los de la Asociación Cultural Lieva daban a conocer su diseño, uno de los que más grata impresión han creado este año, basado en una fotografía de Los Jarritos tal como se celebraban hace 30 años y con la leyenda "Los Jarritos… Ayer y Siempre".Al mismo tiempo, decenas de forasteros paseando por las calles preguntándose qué harían los cachoneros el día de Los Jarritos si el tiempo estaba malo. La respuesta fue clara: la mojada se desarrolló como si tal cosa, lloviese o tronase, porque la tradición está antes que cualquier inclemencia pasajera.El Ayuntamiento repartió un centenar de piporros para intentar recuperar un elemento característico de Los Jarritos y la fiesta se celebró hasta las tres de la tarde, en que los participantes se retiraron hacia cocheras, bajos de las casas, montes y huertas, a seguir mojándose… aunque ahora, ya, por dentro.
Noticia de http://www.huelvainformacion.es/
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